26 ene 2017

11/01/2017 El carrer Petritxol: sus mayólicas y decoración

"Petritxol, arte y repostería en la primera vía peatonal
 Diferentes artistas frecuentaron durante años las granjas y galerías de la pequeña calle

BEATRIZ PÉREZ / BARCELONA

Miércoles, 29 de abril del 2015
Mide apenas 129 metros de largo y 3 de ancho, pero sus paredes y pavimento rezuman historia. Unos jovencísimos Pablo Picasso y Monserrat Caballé la visitaban con frecuencia cuando todavía eran personajes anónimos. Es la calle de Petritxol, paralela a las Ramblas, que une la calle de la Portaferrissa con la emblemática plaza del Pi.
La primera referencia que existe de Petritxol data de 1292. "Al principio era una calle sin salida —explica Joaquín Conesa, de la papelería Conesa, en el número 10, con más de 60 años de historia—. En 1465, se derribó por fin la casa que le impedía el paso a la Portaferrissa". Se desconoce el origen de su nombre. Puede ser que haga referencia al apellido de alguna familia de la época o a la pedritxa, una especie de piedra que forman las aguas demasiado calizas.
Fue en los siglos XVII y XVIII cuando se instalaron en Petritxol las primeras chocolaterías y pastelerías. Y la tradición continúa. "Junto a las galerías de arte, las granjas son lo que más abunda en la calle", reconoce Conesa. En su corto trazado hay más de 30 establecimientos.
Una de las granjas más celebres es La Pallaresa (en el número 11), inaugurada en 1947. "Antiguamente, era una vaquería —cuenta Cristóbal Tenllado, uno de sus dueños—. Las vacas iban a beber a una fuente de la avenida del Portal de l'Àngel". A la Granja Dulcinea acudían Salvador Dalí y Àngel Guimerà, quien vivió en el número 4, tal y como reza una mayólica en la pared. Estas inscripciones de cerámica que explican historias del barrio son otro de los elementos característicos de Petritxol.
La Sala Parés (número 5) es quizás el establecimiento más importante de la vía. "Abrió sus puertas en 1877. Aquí expusieron Santiago Rusiñol, Ramón Casas...", cuenta Josep Nus, gerente de esta galería de arte. Pablo Picasso llegó a Barcelona en 1898, con apenas 17 años. "Su primera exposición de acuarelas fue en la Parés —desvela Nus—. No vendió ni una".
También Montserrat Caballé frecuentó la calle, pues trabajó en 1950 en la Casa Comella, una fábrica de pañuelos. En 1959 se eliminaron las aceras y Petritxol se convirtió en la primera calle íntegramente peatonal de Barcelona. La asociación de vecinos de la calle, creada en 1947, también fue la primera de la ciudad".

Ver: http://www.elperiodico.com/es/noticias/ciutat-vella/petrixol-arte-reposteria-primera-via-peatonal-4140418
 

"Según el historiador Duran Santpere, la primera vez que aparece en documentación el nombre de la calle Petritxol es en 1292; Entonces Petritxol no era en realidad una calle, sino un camino que iba desde la plaza del Pi hacia la Portaferrissa, pero sin llegar, ya que había una casa que cerraba la comunicación entre los dos caminos.
Es por ello que, cuando se hizo el censo de 1365, no se incluyó la calle de Petritxol, porque no lo consideraban una calle. Fue cien años más tarde, en 1465, que se derriba la casa, propiedad de Dña. Eufrayna Ferrera, que era la que cerraba el paso y la comunicación entre Petritxol y Portaferrissa.
Antes de 1292, los documentos únicamente nos hablan de la “palma del Pino”, donde se viste una iglesia dedicada a la exaltación de los Reyes de Oriente, oficialmente conocida por Sta. Maria de los Reyes de Oriente y, mas corrientemente, como Sta. Maria del Pino.
El arroyo que bajaba por la Rambla, que recogía la salida de otros arroyos, formaba rincones y recodos donde se detenía la “Pedritxes”, la tierra mana y los desechos que las fuertes corrientes arrebataban en su descenso desde Collserola y los Agudells . Esto lo refiere Clovis Eimeric en
su libro Historia nueva de una calle vieja. Podría ser que la “Pedritxes” (sarro que forman las aguas demasiado calizas de Barcelona) diera nombre al “Padritxol”. En el siglo XVII, la calle todavía se llama “Padritxol”.
En el 1352, se venden unas casas de la calle con huerto, pero no se menciona en los documentos el nombre de Petritxol, sino que se describe como la “calle cerca del Pi sin paso”. La calle en realidad existe, hay edificaciones del s. XIV, pero ya es en 1402 cuando María De Oros vende a Beret Majorna unas “casas con huerto en la calle de Pedritxol”. Durante el s. XV se producen varias ventas en la calle y los vecinos se afanan por tener comunicación con la Portaferrissa, y es entonces cuando el Consejo de Ciento y los vecinos de la calle derriban la casa de la señora Eufrayna Ferrea y queda definitivamente establecido el trazo de la calle de Petritxol. Ya no era un “callejón sin salida”, como dice Clovis Eimeric, sino una calle útil. Según documentos del Archivo Histórico de la ciudad, que ha hecho conocer Clovis Eimeric, los vecinos de la calle eran gente de oficio, de condición humilde, según el censo que pagaban.
El despertar de la ciudad por el lado de la calle del Pi hace que la calle de Petritxol salga beneficiada. Se construyen varias casas con huertos, unas, propiedad de Pedro Duran de Olesa y, otros, de Joan Carbonell; y el obispo de Barcelona hace donación de varias casas de la calle Petritxol a Alejandro Gasset, sucesor del canónigo Gasset, beneficiado del Pi, con la condición de que, si muere sin hijos legítimos, la herencia pasará a la Comunidad del Pi.
También- en 1586, Joan Ferré y Bosques tiene dos casas en la calle de Petritxol, ante el portal del Pi. Todo esto lo reporta Clovis Eimeric, extraído de documentos municipales.


En la lucha de la ciudad contra las tropas enviadas por el Conde-Duque de Olivares, las fuerzas formadas por los vecinos del Pi -entre ellos habrían vecinos de la calle de Petritxol- se portaron heroicamente, contribuyendo al éxito de la jornada; así consta en el documento que transcribe el rezo de los feligreses del Pi, por el que se celebra la victoria. Fue por 1781 que se vistió la casa del Gremio de Revendedores, enriquecida con los esgrafiados Luis XVI.

Durante el s. XVIII se inicia en el interior de una casa de la calle de Petritxol la costumbre de hacer saraos los domingos: se reunieron unos cuantos obreros del ramo de “velers”, “Seguers”, “Perxers”, y invitaron las solteras de su estamento a pasar las tardes de los domingos bailando a la sombra de una higuera al son de una música compuesta por cuatro violines y un contrabajo. Otros bailes, ademas  del de la calle de Petritxol, se hicieron a varios sitios de la ciudad; pero según El Archivo Municipal, “el bullicio de la calle Petritxol era mejor en cuanto a la música y la concurrencia”.
Cuando las Ramblas empezaron a ser el punto clave de la vida barcelonesa, la calle de Petritxol también fue desvelando de su letargo de los siglos XVII y XVIII y se instalaron las primeras chocolaterías y pastelerías.
Fue en la primera mitad del s. XIX cuando, ademas de las tiendas de pastelerías, se instalaron otros comercios como librerías, tiendas de estampas -fue en 1840 cuando se instaló la primera tienda del Sr. Parés- y otros establecimientos. La Barcelona de 1849 tenía cien mil habitantes. El presupuesto municipal era de “6.235 Reales de Vellon”. La fuerza municipal estaba integrada por un jefe y catorce números. Apenas habían tiendas, en la calle de Petritxol; la mayor parte eran talleres de oficios donde vivían los propios artesanos:
en el número 1, había una vaquería y un carpintero;
el número 8, un escultor-tallista;
el número 10, un pintor de brocha;
el número 11, un zapatero y otro pintor de brocha;
el número 12, otro carpintero; y
el número 14, había una posada secreta.

Las casas eran bajas, de uno o dos pisos. El 1854 se habían instalado:
el número 1, además de la vaquería y el carpintero, un sillero; (Después fue la conocida Casa Comas);
en el 2, un boticario;
el 3, un vendedor de estampas (que era la casa original del señor Parés);
el 10, además del pintor de brocha, había un carpintero, un médico y un profesor de contrabajo-, y
el 19, un escribano y un tornero.
El 1861 aparece en el censo del boticario R. Enero, padre de “Peius” Enero.
Ya en 1814, el poeta Moratín se hospedaba en una posta de la calle, la cual, por cierto, no tendría muchas comodidades, según se deduce del fragmento de una Carta suya que dice textualmente:  “vivo en una mala posada, en una callejuela llamada carrer de Petritxol, la cual posada con asistencia, cama, luz, almuerzo, comida y cena me cuesta 3 pesetas, y 1, aqui podrá Vd. inferir que como demonios fritos; pero es tiempo de economías. No veo ni trato a nadie: lo más del tiempo lo paso en casa”.


En 1833, el espíritu vecinal de la calle de Petritxol es ya bien manifiesto: los vecinos toman la iniciativa de la decoración de  la calle con motivo de la Jura de la Princesa, y esto queda reflejado en el Archivo Histórico de Barcelona, ​​en un manuscrito que dice:
“Noticia o indicación del ornamento que en las fiestas públicas celebradas en esta ciudad con motivo de la solemnísima Jura de la Sríssma. Sra. Princesa, los días 25, 26 y 27 de junio de este año de 1833, se hicieron en la calle de Petritxol, Barrio Cuarto, Cuartel 3. Aunque la mencionada calle de Petritxol, por ser angosta y poco recta, no se presta a una decoración suntuosa, por lo que no se encontraba entre las designadas por el Ayuntamiento para embellecerse, a pesar de todo, sus moradores, deseosos de concurrir y participar del honor de manifestar también su alegría por tan singular motivo de estos obsequios, resolvieron de común acuerdo que se adornara la calle con el estilo campestre y sencillo que mejor se adaptara a las circunstancias locales. Y nombrada una Comisión de sujetos inteligentes vecinos de la calle, se formaron, tanto en sus entradas como las dos aceras, unos amplios portales simètricos, acabados en figura frontal, decorados con orlas verdes y con sábanas en forma de onda; y a sus respectivas distancias se colocaron antorchas para su iluminación durante las tres noches; todo, además de la iluminación que los participantes hicieron en sus casas, los balcones y ventanas, distinguiéndose por su ornamento la casa que habitaba el señor general Georget “.
En 1864, nuestra ciudad ya tenía 183.000 habitantes.

Personajes

Todo el mundo sabe que la calle de Petritxol ha tenido vecinos muy ilustres; algunos, nacidos en la propia calle, y otros que vivieron en algún momento de su vida. La lista sería muy extensa, pero los boletines publicados por La Asociación de Vecinos señala los siguientes:
• Angel Guimerà, quien vivía en el num. 4;
• Mauricio y Luis Serrahima, grandes jurisconsultors de la abogacía barcelonesa;
• Leandro Fernández de Moratín, quien guarda un mal recuerdo de la posta donde vivió pero, en cambio, hace buenos amigos y alterna los estudios con los placeres de la juventud;
• Joan Salvat-Papasseit, poeta innovador;
• Francisco Salva y Campillo, médico, físico y fundador de la Cátedra de Clínica en Barcelona;
• José Puiggarí, arqueólogo, archivero del Ayuntamiento de Barcelona y secretario de la Comisión de Monumentos;
• Joan B. Padres, propulsor de las artes;
• Antonia Gili y Güell, poetisa;

• Enric Prat de la Riba, quien se hospeda en casa de su tío, cuando vino a Barcelona para iniciar los estudios;
• el reverendo Dr. A. Campillo, nacido y muerto en la calle, fue secretario, notario mayor y archivero de la Curia;
• Pedro Aldavert y sus hijas, que acompañaron Guimerà toda la vida;
• José Fiter y Angulo, escritor, historiador y miembro fundador de la Asociación Catalanista de Excursiones Científicas;
• José Quera y Córdoba, librero de I’Esc6n y propulsor de 1’excursionisme y de actividades culturales;
• Montserrat CabaIlé, quien trabajó durante un tiempo en la fábrica de pañuelos del señor Comella, en la casa num. 11;
• el Dr. Domènech i Casanovas, catedrático de la nueva Universidad Autónoma de Barcelona;

• el Dr. Antoni Roig y Soler, uno de los primeros filatélicos de Barcelona.
Es seguro que olvidamos muchos otros que han nacido o vivido en la calle de Petritxol, y no queremos mencionar a ninguno de los miembros de nuestra Asociación, haciendo una excepción única por el señor Josep Soler quien, desde el primer momento, fue anima y ejecutor de las actividades de la Asociación y que murió simbólicamente en plena calle de Petritxol, él que tanto la había promocionado.

Ver: http://www.petritxolbcn.cat/?page_id=434 





















 
 "La Bocca della Verità de Petritxol
BARCELONA SECRETA
La cabeza de un león que formaba parte de una antigua fuente recuerda a algunos turistas el famoso monumento romano que, según la leyenda, devora la mano de los mentirosos que osan introducirla en su boca
 
avi Casinos  

Gregory Peck le da un susto de muerte a Audrey Hepburn en la película Vacaciones en Roma cuando pone a prueba la leyenda de la Bocca della Verità, una antigua máscara circular romana de piedra que se encuentra en el muro exterior de la iglesia Santa Maria in Cosmedin, en la capital italiana. Dice la leyenda que un mentiroso perderá la mano si la introduce en la boca de la máscara. El actor lo hace y simula que la boca la atrapa para espanto de la actriz.

 Algunos turistas imitan a Peck en Barcelona introduciendo la mano en la boca de un león de piedra que se encuentra en la pared de un rincón de la calle Petritxol, creyendo que es una versión reducida del popular monumento romano. Pero ni es la Bocca della Verità, ni existe leyenda alguna sobre este león. Se trata en realidad de una antigua fuente hoy inutilizada cuyo caño surgía de la boca del felino. De hecho, restos de la cañería permanecen todavía en su interior.

La cabeza del león se encuentra junto a la histórica galería de arte Sala Parés, la primera de España, y bajo una imagen de la virgen de la Mercè. Esta estatuilla fue colocada en 1950 por la asociación de vecinos de Petritxol, la primera de Barcelona, fundada tres años antes. Esta entidad promovió en esta calle la recuperación de las fiestas de la Mercè en Barcelona, que habían perdido popularidad en los años anteriores a la guerra civil.

En la década de 1950, fue también cuando la asociación inició la colocación en las fachadas de los edificios paneles de cerámica explicando la historia de la calle y enumera los vecinos ilustres que ha tenido.

Petritxol es también la primera calle de la ciudad en ser convertida en peatonal, en 1959. Las primeras referencias sobre su existencia se remontan, según algunas fuentes, a 1292.

Hace años que la fuente del león perdió el caño por el que brotaba el agua y también la bandeja de piedra que tenía justo debajo. Esta fuente, con toda probabilidad heredera de una anterior, forma parte del conjunto de elementos decorativos promovidos por la asociación vecinal para dar realce a la calle durante la posguerra. También es conocida por la existencia de las populares chocolaterías, que se empezaron a instalar entre los siglos XVII y XVIII."

Ver:  https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20240121/9501654/bocca-della-verita-petritxol.html























1 comentario:

  1. Nací un 24 de julio de 1949 y viví en esa calle hasta casarme con el hombre al que amaba
    En la Iglesia del Pino se celebró mi boda y un 11 de mayo del 74
    Y en esa misma Iglesia bautizaron a nuestra hija en abril de 1981.
    Felices recuerdos

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